Sunshine y Pretenciosos

Van pasando los días y yo sin repartir el premio que me ha tocado.  Voy a tener que ampliar mi círculo porque me parece que casi todas por aquí lo habéis recibido.  Graaaacias, Madi de Entre Apuntes y Pañales, por el premio Sunshine!  Tú si que eres un sol!  Primero reparto y luego hablo de otra cosa.
Ahí vamos:

Para -  Para mi peque con amor que la conozco desde hace poco y sus entradas son MUY divertidas.  Es muy creativa con su nene… me da muchas ideas!

Para Ay Madre que ha tenido un bebé hace muy poquito y su último post me recuerda  mucho a una incidencia de vacunas que tuve con la mia.

Para Un Diario de un padre estresado, que si no le conocéis, pasaros por ahí! es muy divertido y tiene  trillizos y dos más!

Para Elena de Educando a cuatro porque yo también seré una mala suegra, ejeje.

Para Jezabel de Mama por sorpresa porque la mía también da bofetadas y no paraaaa!!

Para Una Valenciana en Dresden …. Tantos Españoles en Alemania que circulan por el blog! Me ha gustado mucho su última entrada de "…y comieron perdices"…   lo que Disney nos da de comer versus la realidad!

PRETENCIOSOS

Ahora a mi siguiente tema.  Tengo que ventilar un poquito, espero que a nadie le importe!  Hay algo que no soporto y es una persona pretenciosa.  Puedo aguantar falsos y caprichosos, pero no a niñatos arrogantes, engreídos, presumidos y petulantes.  Estas personas son reconocibles a mucha distancia.  Andan pavoneándose, dándose aires; sus gestos parecen ensayados.  Se relacionan contigo mirándote desde arriba.  Son charlatanes sin profundidad.  Sus historias son siempre extravagantes.  Conozco a tal pretencioso.  Engravece la voz cuando coge el teléfono (porque tiene voz de pito).  Tiene una sonrisa de la más petulante que he visto en mi vida.  Es un pedante imbécil, no hay otra palabra para él.  Cualquier día de estos le suelto todo lo que pienso –que nadie me ponga a prueba!  Es realmente una lucha diaria callarme la boca.  No le pondría tanto a parir si no fuera por cómo me hace sentir también.  Incompetente: “Oye, podría pedirte que hagas un poco de café?” – Estúpida: “Has leído las instrucciones? …bueno..pues léelas otra vez” (en vez de explicarme de una puñetera vez).  Tenía que instalar algo una vez y era bastante más complejo que solo meter un cd y punto. Era una instalación de web con muchos pasos diferentes y me estaba haciendo un lío.  Cuando le pedí su ayuda, fue de lo más condescendiente conmigo.  Me obligó a leer las instrucciones EN ALTO y luego “descifrar” las instrucciones.  Tú te crees? Más humillante que eso no existe.  Menudo es.  Habla de viajes y riquezas con una sonrisita de vomitar.  Me da vergüenza escucharle hablar, pensar que no ve nada raro en su comportamiento.  Habla con clientes potenciales con su VOZ GRAVE pero con palabras sueltas que le salen con su voz pito y me dan ganas de cavar un agujero y desaparecer en el… o meterle a él!  No es natural con las personas, su esfuerzo en ser “alguien” (no sé quien) es incómodo de observar.  Tuve que tragarme una hora de él hablando de su viaje de trabajo a Mónaco, que si la “atención” espectacular de los personales del hotel,  la comida, el golf, la playa.  Interminable…  Lo contaba como un niño pequeño.  Y mira, me alegro que se lo haya pasado tan bien, pero es que parece un pobre contándolo.  Y más porque a mí me daría VERGÜENZA hablar y hablar y hablar, y más aún de dinero y cosas materiales.  Puede que todo esto me incomode simplemente porque me he criado en un eterno donde siempre ha habido mucha humildad en cuanto a cosas materiales.  Nunca he escuchado a mis padres hablar de dinero, de que les falta, o de que les sobra.  Nunca he sabido lo que gana mi padre y no me lo diría si le preguntase.  Mi padre nunca ha sido de derrochar y comprar caprichos, de hecho siempre a puesto un enfoque grande en ahorrar y a ser prudente con el dinero.  Lo lleva al extremo porque aún ahora que tengo mi propia familia, me mira con cara rara si le cuento que nos vamos a comprar no se qué... siempre dice ¿No es mejor ahorrar?  Mi padre es, sin exagerar, la persona más humilde que conozco.  Es servicial y sensible, tiene un corazón enorme.  Nunca le oirás hablar de sus aventuras viajando por el mundo por el trabajo (trabajamos en la misma compañia que el pretencioso), de hecho él preferiría estar en casa.  Ama a su familia, a su mujer que la sigue tratando como una reina después de 25 años casados, a sus nietos, a sus hijas (yo y dos más) y a su único hijo. 

Tengo un gran ejemplo a seguir y no me acerco ni un poquito. Me gustaría pensar que algún día seré más como él.

 “Con la soberbia llega también la deshonra, pero la sabiduría acompaña a los humildes.”

- Proverbios 11:2